En ese momento, el silencio se apoderó del salón. La música se detuvo, las conversaciones cesaron, y todos los presentes miraban con los ojos muy abiertos la escena entre Amanda y Lucas.
Jorge ya se había levantado, con el rostro marcado por la ira.
— ¿Qué es lo que pasa, Jorge? ¿No vas a intervenir en su defensa? ¿Es que ahora ella es la señora Toledano o solo la diseñadora Ami? ¿Eso significa que, si algún día sus diseños no están a la altura y sus vestidos resultan ser una basura, nadie podrá decir nada porque es la señora Toledano? ¿Si alguien la crítica, tú vas a tomar revancha por ella?
— Ami, si es así, ¿para qué sigues pues de diseñadora? Mejor vete a casa a ser la esposa consentida de Jorge.
Las palabras de Lucas eran duras y venenosas. Era alguien que valoraba mucho su imagen, y cuando sentía que alguien lo estaba engañando, mostraba su lado más cruel.
Ella soltó un suspiro profundo, y se limpió el vino que le había empapado.
— Fuera de casa, cuando se trata de trabajo, yo so