11. Bien hecho, mi flor
Capítulo 11
Seis meses atrás
Los meses habían transcurrido como un sueño. Nathaniel, a su manera, la mantenía lejos del veneno constante que era convivir con Connie. Siempre encontraba una excusa para llevársela lejos, a hoteles de lujo, escapadas fugaces a otras ciudades o propiedades apartadas donde solo estaban ellos dos.
Allí, en ese mundo cuidadosamente fabricado, Jazmín se sentía flotar. Él era atento, incluso dulce a ratos. Le regalaba vestidos de diseñadores, collares de piedras preciosas, zapatos elegantes… aunque ella rara vez usaba algo de eso. A él no parecía importarle, se limitaba a sonreír y decir: “Te lo mereces”.
Ya habían pasado seis meses desde que llegó a la mansión Luther. Connie, como un clavel marchito, seguía vigilante, contando días con amargura, como si tuviera un reloj biológico ajeno. Cuando Jazmín empezó a sentirse extraña, con náuseas por la mañana y una fatiga constante, pensó que sería una virosis cualquiera.
—No te preocupes, en dos días estaré bien nu