Capítulo 26

—Necesito que me acompañes a un lugar que creo que aún no has conocido.

—¿Saldremos del Bigmax?

—No. Es aquí dentro.

Con curiosidad seguí a Antoni hasta el elevador y ahí ví como marcaba en el panel el último piso. Ni siquiera sabía qué había ahí arriba. En aquel edificio los días se iban como agua en un desierto. Hasta el momento solo había estado en lugares claves pero la empresa y, por supuesto, para una secretaria común y corriente como yo.

—¿Todo bien? Estás callada hoy.

—Solo pienso.

—¿En amor?

Sonreí.

—En amor, desamor, locuras y sueños…

—¿Estoy yo en alguno de esos pensamientos?

Me encogí de hombros.

—No lo sé. Te tengo al lado. ¿Por qué pensaría en ti?

—Porque soy tu jefecito.

Se me escapó una carcajada.

—Seguro has desgastado todos esos métodos de seducción barata con muchas chicas.

En ese momento se abrió el elevador y, al entrar a una habitación que ni siquiera sabía que existía, quedé fascinada.

Delante de mí, en vitrinas de cristal, están los mejores vestid