Capítulo 19
—Nos tenemos que ir temprano. —dijo mi hermano después de unos minutos en silencio. Le acababa de dar el último sorbo a su taza de chocolate. Yo estaba desayunando aún. Nos encontrábamos en la diminuta isla de la cocina.
Estuvimos hablando desde temprano. Me contó todo lo que había estado haciendo en todo el tiempo en que no nos habíamos visto. Me habló de su novio, de la universidad y su carrera como abogado, de la primera vez que llevó a Grabiel a la casa de nuestros padres. En todo ese tiempo habíamos reído, llorado y vuelto a reír. Era mucho por contar, quizás demasiado. Necesitaríamos mucho más que una mañana para ponernos al día.
—¿Cómo es él? —cambié de conversación drásticamente. No quería estropear el momento tan especial que teníamos.
—Gabriel es un buen chico —respondió—. Siempre me ha apoyado en todo. Es capaz hasta de tragarse los insultos de nuestra madre por mí.
—Que bueno que encontraste a alguien así.
—No vas a venir, ¿verdad? —volvió a insistir.
Al v