Aquella mañana en la mansión de los Prego, Renato miraba a su “primo”, sobrino de su madrastra, desayunado en la misma mesa que él y mientras hablaba calmadamente con su padre. En aquel momento, sentía no existir para ninguno de ellos, y comenzaba a sentirte cada vez más y más frustrado. Arianna lo había despreciado nuevamente cuando intentó llamarla, y él se sentía completamente humillado y rechazado; ver a su padre siendo tan condescendiente, le irritaba de sobre manera, pues no estaba dispuesto tampoco a perder su lugar como el heredero a pesar de los errores que había cometido, ahora que había logrado reafirmar su posición.

Recién había regresado junto a Mariana de su luna de miel, pero tan solo tenía unos días para poner ciertas cosas en orden antes de volver a marcharse junto a ella a algún destino turístico; su ahora esposa parecía muy desesperada para que pasaran todo el tiempo posible juntos, y siendo tan caprichosa como era no tenía más opción que complacerla.

—Supe que est