POV. Javier
Me arde la mejilla del severo golpe que me ha dado, vaya que tiene la manita pesada. Y aunque estoy molesto por ello, me enferma más la sola posibilidad de que Amanda tenga algún tipo de sentimiento por ese imbécil que tanto daño le hizo y que lo sigue haciendo, en complicidad con la persona que más debería protegerla.
—...es solo que, moriría de vergüenza cuando Emilio sepa que yo, su madre, él metido preso a su padre. ¡Bonito ejemplo de familia sería ese!
Comprendo su argumento, aunque en este momento poco me importa. No me interesa cuán culpable pueda sentirse, no me importa si a ese estúpido se lo lleva el diablo. Me importa solamente que Amanda me diga al oído que él no significa nada para ella, y que soy yo quien ocupa toda su mente, su corazón y su cuerpo.
Doy dos pasos hacia ella y mi interior se regocija al ver que no se aleja, permanece firme ante mi y ha vuelto la mujer altiva que me atrajo en el instante en el que la vi por vez primera.
La tomo del brazo y cami