El aire en la habitación estaba cargado de tensión y melancolía. Tete y Celeste se encontraban en su dormitorio, sumidas en un momento de reflexión y complicidad.
—Estoy cansada —susurró Tete, dejando escapar un suspiro cansado.Celeste observó a su hermana con preocupación.—¿Dónde estabas? —preguntó, notando la ausencia de Tete.—Con Wilson —respondió Tete, desviando la mirada con cierta incomodidad.Celeste frunció el ceño, preocupada por la reacción de su padre.—¿Viste Thomoe?, papá no me deja verlo —comentó Celeste, buscando comprensión en su hermana.Tete asintió con pesar.—Sí, le dije cosas feas, en verdad lo lamento Celeste no quice decirle lo que le dije, pero si no lo hacía nunca ibas a ser libre con el hombre que amas —confesó Tete, sintiendo el peso de sus acciones.Las hermanas se abrazaron, buscando consuelo mutuo en medio de la adversidad.—Está bien —susurró Celeste, intentandWilson se fue a casa de Tete al saber que no había nadie entró sin llamar a la puerta, al entrar en la habitación, se encontró con Tete durmiendo tranquilamente. El sereno ambiente lo impulsó a acercarse a ella con ternura.—Qué linda estás —murmuró Wilson mientras observaba su rostro apacible.Con delicadeza, Wilson acarició el vientre de Tete, sintiendo una mezcla de emoción y paz.—Ustedes también son muy lindos —susurró, refiriéndose a Tete y a los bebés que esperaban.Tete, medio dormida aún, se estiró suavemente.—Ahhhh, qué sueño... tu papá no me deja dormir —comentó, mientras se acariciaba el vientre.—Shhh, vas a despertar a nuestros bebés —advirtió Wilson suavemente, colocando su cabeza sobre el vientre de Tete, buscando sentir más cerca la presencia de sus futuros hijos.—¿Tan feliz te hacen nuestros bebés? —preguntó Tete, notando el contento en la expresión de Wilson.—Sí, mucho —respondió Wilson, co
Nathan guió a Tete hacia una cabaña apartada, rodeada por la quietud del bosque.—¿Dónde estamos, papá? —preguntó Tete, sintiendo una mezcla de ansiedad y curiosidad.—Es una cabaña en la lejanía, entra —respondió Nathan, con su tono serio y determinado.Tete obedeció, pero al adentrarse en el cuarto frío y desolado, su corazón se detuvo al ver a Estrella tirada en el suelo, con signos evidentes de maltrato y su ropa desgarrada.—¡Estrella! —exclamó Tete, corriendo hacia ella y abrazándola con fuerza, sintiendo el nudo en su garganta al verla inconsciente.—Estrellita... —murmuró, acunando su cabeza entre sus piernas, desesperada por despertarla.Nathan observaba la escena con una mezcla de indiferencia y curiosidad.—Vaya, ¿tanto te preocupa esa niña estúpida? —comentó, con un susurró de burla en su voz.—Papá, ella está sufriendo, déjala ir —suplicó Tete, llena de angustia y determinación.—Tete, sé l
★Hola, no sé si ya se dieron cuenta, pero está parte de la novela ya vendría siendo una segunda parte, iba a dividir la novela en dos, pero decidí iniciarla aquí mismo, la segunda parte finalizó cuando Celeste desapareció ******en el hospital****** y Dan fue a buscar a Wilson, para preguntarle por Celeste.Esta segunda parte estará más enfocada a en Wilson y Tete.Claro también seguirá Thomoe y Celeste, pero ellos ya no son los protagonistas de esta segunda parte.......En el día de su boda, Thomoe caminaba de un lado a otro en la sala, con un nerviosismo palpable.—Me vas a marear —comentó Dan, mirándolo con una sonrisa.—Estoy nervioso —admitió Thomoe, deteniéndose un momento para mirar a su hermano.Wilson, apoyado en el marco de la puerta, bromeó:—Le vas a hacer un agujero al suelo si sigues así. —Lo harás bien —añadió Wilson, intentando tranquilizar a Thomoe con una palmada en el hombro.—¿Por qu
Tete retrocedió nerviosa ante la presencia imponente del hombre.—Señor... Estrella ella... —intentó explicar Tete, pero fue interrumpida de inmediato.—Ella está muerta por tu culpa —sentenció el señor Garrett con furia.Tete se estremeció al sentir la fuerza del empujón que la hizo caer al suelo.—¡Señor, por favor, no me lastime! Es la verdad, Estrella no está muerta, y estoy esperando a sus nietos, por favor —suplicó Tete, con lágrimas en los ojos.El hombre la agarró del cabello con violencia, causándole un intenso dolor.—Mentira, dudo que eso que traes dentro sean mis nietos, si hiciste todo por avaricia —dijo el señor Garrett con desprecio.Tete luchaba por mantener la compostura, pero el dolor físico y emocional la abrumaba.—Es la verdad —insistió Tete en un sollozo casi silencioso, a pesar del miedo que sentía.Tete se retorcía de dolor mientras el señor Garrett la miraba con desprecio.—Esos bastardos no me devolverán a mi Estrella —gruñó el señor Garrett con ira—. Llévens
Dan y Wilson estaban sentados en una habitación.—Hablaré con él, pero no creo que me crea. Él cree que me acosté con su esposa —murmuró Wilson, con la mirada perdida en el horizonte, mientras jugueteaba con un lápiz entre sus dedos.Dan asintió con comprensión, su rostro reflejaba la seriedad del momento. El peso de la situación se hacía palpable en el aire cargado.—Sí, lo sé. Pero Celeste está desaparecida, y está embarazada —agregó Dan, con tono preocupado, desviando la mirada hacia el suelo mientras se mordía el labio inferior.Wilson asintió sombríamente, su expresión cansada revelaba el peso de las preocupaciones que lo agobiaban.—Lo sé —respondió Wilson con voz apagada, con los ojos fijos en un punto invisible en la distancia.—¿Lo sabías? ¿Sabías que ella está embarazada? —preguntó Dan, sorprendido por la revelación, arqueando una ceja en gesto de incredulidad.Wilson exhaló profundamente, cerrando los ojos por un instante antes de responder, como si el peso de la informació
Celeste se encontraba sumida en la desesperación al observar sus desalentadoras notas. Agarraba su cabeza con desesperación, buscando una solución mágica que le permitiera mejorar su situación académica. Suspiraba con frustración mientras admiraba a sus compañeros de clase, que parecían dominar con facilidad los contenidos y obtener las mejores calificaciones. Era consciente de que necesitaba un cambio drástico en su estrategia de estudio si quería salvar sus asignaturas.—Mónica, querida amiga, no sé qué hacer —susurró Celeste, con los ojos llenos de confusión y anhelo.Su amiga Mónica, perpleja y confundida, buscaba consolarla y ayudarla a encontrar un camino que la llevara a la superación. Sabía lo importante que era para Celeste tener éxito académico y comprendía la presión que sentía. Por eso, se sumergió en un mar de reflexiones para encontrar las palabras precisas que le brindaran consuelo y aliento.—¿Cuál es tu plan, Celeste? ¿Qué estás dispuesta a hacer? —inquirió Mónica, tra
Celeste estaba decidida. Había llegado el momento de llevar su plan de seducción al siguiente nivel y no dejaría que nada la detuviera.Sus ojos azules brillaban con determinación mientras asumía el papel del irresistible profesor Thomoe.Podía sentir cómo su confianza se elevaba hasta alcanzar su objetivo: obtener el anhelado 10 en su calificación.Con una voz firme, pronunció las palabras:—Seguiré con el plan.La reacción de incredulidad en el rostro de Mónica no la intimidó en absoluto.Con valentía, le respondió:—Tal vez esté un poco loca, pero necesito ese 10.Celeste sabía que no sería una tarea fácil, pero estaba dispuesta a hacer lo que fuera necesario para conseguirlo.A medida que avanzaba el día, Celeste comenzó a sentir algo más que el simple deseo de obtener una buena calificación. El aura magnética y la mirada intensa del profesor Thomoe despertaron en ella emociones desconocidas. Intentaba disimularlo, pero en secreto sus ojos constantemente se desviaban hacia él, busc
—Celeste... ¡Despierta! —gritaba Mónica mientras sacudía enérgicamente a Celeste, tratando de despertarla de su profundo sueño.La joven abrió lentamente los ojos, todavía adormilada y confundida por haber sido despertada tan bruscamente.Preguntó con voz somnolienta: —¿Qué pasa?—Te quedaste dormida —respondió Mónica.Nada era lo que parecía.Todo lo que Celeste creía real resultó ser solo fantasías con su profesor.Las palabras de su amiga golpearon a Celeste como un balde de agua fría. Un torbellino de emociones surgía en su pecho, desde la confusión hasta el deseo desenfrenado. Deseaba que la conexión ardiente con su profesor trascendiera la imaginación y se convirtiera en algo tangible.Mientras procesaba estas revelaciones, Mónica señaló hacia el frente, donde el profesor Thomoe, con su aura misteriosa y atractiva, las observaba en silencio. El brillo intenso en sus ojos azules transmitía una mezcla de fascinación y autoridad que dejaba a Celeste sin aliento.El profesor rompió e