Sasha
Los días han transcurrido en una especie de lentitud devoradora. Cada minuto me parece una eternidad, suspendida en un vacío helado. El mansión, una fortaleza aparentemente invencible, parece cerrarse sobre nosotros, sus gruesos muros absorbiendo cada respiración, cada pensamiento. Nyx ha sembrado sus semillas de duda, y ahora me siento como una espada suspendida sobre mi cabeza, lista para caer en cualquier momento.
Ya no estoy segura de nada. Ni de mí misma, ni de los demás, ni de lo que me he convertido. La sombra de la guerra, a la vez palpable e invisible, envuelve nuestras vidas, y me hundo en reflexiones que se me escapan. En este silencio pesado, cada ruido, cada movimiento se convierte en una alerta.
Las discusiones que se han mantenido estos últimos días son tan nerviosas como mis pensamientos. Dante, Adrian y yo hemos intentado fortalecer nuestras alianzas, pero algo ha cambiado. Las fuerzas invisibles que nos guían parecen jugar con nosotros, empujándonos en direccio