Adrian
Las palabras de Nyx flotan aún en el aire, como una amenaza invisible. La tensión que había tomado lugar en la habitación me aprieta el estómago, y por primera vez en mucho tiempo, dudo de todo lo que hemos hecho. Sasha está allí, bajo el peso de esta revelación, y sé que se siente tan perdida como yo.
La miro, a esta mujer que me conmueve en cada instante. Lleva en sí misma una fuerza que desafía las sombras del mundo, pero ahí, en ese instante preciso, esa fuerza vacila. Nyx ha sembrado un veneno en su mente, y se alimenta de sus propias dudas. Me acerco a ella, pero sé que nada de lo que diga podrá borrar esta incertidumbre.
Sasha, suspira Dante, rompiendo el silencio. ¿Qué significa todo esto para nosotros? ¿Qué hemos realmente logrado?
La miro, con el ceño fruncido. Es un hombre tranquilo, calculador, siempre en control. Pero esta pregunta, no la ha hecho por casualidad. Él también, bajo su caparazón de frialdad, siente el peso del mundo sobre sus hombros. Lo que nos esper