Alina
Aún estoy medio dormida cuando siento el peso de Damon en la cama. Sus brazos sólidos me rodean y me dejo mecer por el calor de su cuerpo. Pero la agitación en su respiración me despierta.
— ¿Damon?
No responde inmediatamente. Me incorporo ligeramente, colocando una mano en su mejilla. Su mandíbula está tensa y sus ojos dorados brillan en la penumbra.
— ¿Qué pasa? —pregunto suavemente.
Él suelta un suspiro, cerrando los ojos un instante antes de reabrirlos.
— Kieran estuvo aquí.
Mi sangre se congela.
— ¿Entró en el dominio?
— Mató a un lobo. Quería enviarnos un mensaje.
Me estremezco al sentir la gravedad en su voz. Damon se incorpora, pasando una mano por su desordenado cabello negro. Su postura es tensa y la luz feroz en sus ojos no deja duda de lo que siente.
— Damon…
Se vuelve hacia mí, mirándome con una intensidad brutal.
— No te tendrá, Alina. Nunca.
Asiento, pero un miedo sordo recorre mi columna vertebral.
— Si Kael tenía razón… si este pode