Sasha
Los primeros instantes después de mi regreso eran borrosos, como un sueño que se disipa al amanecer. Estaba allí, en este mundo, pero ya no era la misma. Cada movimiento, cada respiración parecía tener un peso diferente, como si el universo mismo me hubiera marcado, cambiada a un nivel que ni siquiera podía comprender. Adrian me sostenía firmemente por los hombros, apoyándome como si un simple abrazo fuera suficiente para traerme de vuelta a este mundo.
Sasha, estás aquí… murmuró, casi como si se hablara a sí mismo.
Lo miré, tratando de encontrar algo que pudiera entender en sus ojos. Parecía tan frágil, y, sin embargo, en esa fragilidad había una fuerza que me mantenía en la realidad. Su amor. Me daba una razón para quedarme, para no perderme de nuevo.
Adrian, lo siento, susurré, mi voz aún débil.
Sacudió la cabeza, una triste sonrisa jugando en sus labios. No entendía lo que quería decir. Pero yo lo sabía. Sabía que este sacrificio, esta guerra interior que había librado, me ha