Sasha
Tomo su mentón entre mis dedos y la obligo a mirarme.
— No, Sasha. Es nuestra elección.
Ella cierra los ojos un instante, como si luchara contra sus propios demonios.
Luego se eleva sobre la punta de los pies y presiona sus labios contra los míos.
Un beso cargado de emociones, de dolor, de pasión y de un futuro incierto.
El pacto frágil entre lobos y vampiros está a punto de romperse.
Y nada podrá detenerlo.
El aire es pesado, cargado de una tensión que ni siquiera la noche puede apaciguar. Desde hace horas, camino sin rumbo por las calles de la ciudad, mis pensamientos entrelazados en un torbellino de dudas y certezas contradictorias.
Dante. Adrian.
Los dos hombres que encarnan todo lo que soy y todo lo que temo.
Dante, el guerrero leal, quien siempre ha estado allí, listo para morir por mí. Su amor es un refugio, una promesa de estabilidad en un mundo devastado por la sangre y las traiciones.
Adrian, el vampiro cuyo simple mirar me consume. Con él, todo es caos, pasión, prohib