Adrián
Estaba a punto de sumergirme en un mar de arrepentimientos. Cada pensamiento, cada recuerdo de Sasha parecía hundirme un poco más en el abismo. La pérdida me consumía, la soledad me apretaba como un garrote. Me sorprendía esperando, como un loco, que ocurriera un milagro. Pero cuanto más lo esperaba, más me daba cuenta de que el tiempo, ese traidor, nunca regresaba sobre sus pasos.
Nyx, siempre presente, parecía leerme como un libro abierto. Ella sabía, incluso antes de que yo lo dijera, que no podía avanzar. Que permanecía atascado en un dolor interminable.
Lo has entendido, Adrián. Su voz tranquila atravesó la niebla de mis pensamientos. Ella no volverá de la manera en que lo imaginas. Pero regresará. Aún tiene cosas que cumplir. Y tú, debes estar listo para encontrarla.
Sus palabras se abrieron paso en mi mente. Pero no estaba seguro de poder creerlo. ¿Cómo podría estar listo para algo que ni siquiera podía comprender?
Me dejé caer contra un árbol, la mirada perdida en el va