Marcos comenzó a encargarse del proyecto interprovincial, y el avance fue notable. Su trabajo en conjunto con Daniel era muy efectivo, lo que dejó al equipo de Hugo completamente fuera del juego.
Mi equipo también creció a seis o siete personas. Aunque eran jóvenes, su frescura trajo muchas ideas innovadoras.
Sabía que el éxito de este proyecto podría determinar si el Grupo Castillo podría dar un paso adelante, así que me esforcé al máximo para perfeccionar cada detalle.
Utilicé la patente de Paloma y, además, incorporé algunas líneas de investigación de Emilio.
La salud de Daniel mejoró considerablemente; de vez en cuando me enviaba mensajes por WhatsApp para informarme sobre su progreso en el tratamiento. Sin embargo, no le respondía, temía que al verme bien se animara a pensar en el divorcio.
Lo mencioné varias veces, pero al final Daniel me bloqueó una vez, así que decidí no volver a tocar el tema. Ahora el proyecto era lo más importante, y no quería que surgieran rumores innecesar