Vegas, la ciudad del pecado, como dicen, pero a mí me encanta. Ahora estoy con Martín, tomados de la mano, caminando por la ciudad y viendo lo que Las Vegas nos ofrece. Aunque desearía tomarme un rico cóctel, lástima, pero este bebé no me lo permite.
- ¿Ya tienes lo del vestido de novia? - ¿Vestido de novia? No pensé que iba a ser así. ¿Acaso no conoces cómo son los casamientos en Las Vegas?
- ¿Para qué eso? Dijimos que iba a ser algo alocado. ¡Amor, estamos en Las Vegas! - Este me mira sin entender, así que tomo su mano para llevarlo hasta el lugar donde quiero.
Llegamos a la iglesia de Las Vegas que había visto que es muy famosa, donde muchas personas se han casado. Observo la reacción de Martín, quien permanece callado mirando la iglesia.
- ¿Qué tal? - Este parece algo consternado, pero luego me sonríe.
- Nunca había hecho algo tan loco. - Tomo su mano y entramos a la iglesia, encontrándonos con un Elvis Presley.
- Hola, bienvenidos. - Martín me mira como diciéndome "mujer, estás lo