Chiara salió de la habitación de Martina, sentía que ese lugar no debía de estar ahí, era bastante perturbador. Había algo que le revolvía el estómago, una incomodidad profunda que le helaba la piel. Adriano no había regresado a buscarla, y ese detalle no pasaba desapercibido en su mente. Decidió salir. El hombre le había comentado "volver a darle vida", pero ese lugar tenía tantos años conservado como un museo, un espacio en donde si algo se moviera, parecería tan antinatural, tan fuera de lugar, que daba miedo.

Había visto las botellas de perfumes vacías, muchas de ellas ya consumidas por el tiempo, pero en ellas quedaba un eco, un suspiro atrapado, una fragancia que llevaba consigo un recuerdo. Algo que ella sabía que estaba presente. Solo que no sabía qué. Era una vieja memoria que se negaba a morir.

Si alguien le dijera, pensaría que era de una vida pasada, algo que ella no creía. Su mente racional se burlaba de esas ideas, decía que esos temas eran para fanáticos, personas que c