Voy a contestarle, pero prefiero abstenerme y concentrarme en salir de este lugar.
Me concentro en mi lobo interno y siento el momento en el que mis extremidades empiezan a crecer y aprieto los dientes soportando el dolor habitual.
Espero que el hombre que debe traer el agua no llegue antes de que mi transformación se complete.
Intento respirar con calma y obligo a mi lobo a esperar, él gruñe y nos movemos en círculos, el encierro no es algo que soportemos.
Escucho los pasos del hombre acercándose antes de que la hermética puerta se abra, y espero en posición de ataque.
En segundos, he destrozado el cuerpo del hombre y de todos los que se encontraban en el lugar sin darle tiempo a reaccionar.
Concentro toda mi fuerza en derribar la puerta forjada, uno, dos, tres intentos sin lograr nada.
Pienso en Nala en su brillo y en como sentí el calor aumentar en mi ser cuando