Capítulo 39. Lo desconocido
ELENA
Sus manos, temblorosas comenzaron a recorrerme con ternura que me desarmó.
Me quitó la ropa con cuidado. Sentí sus labios en mi cuello, en mis hombros, en cada rincón de mi cuerpo.
No pensé en nada. No pensé en nadie. Me dejé querer. Me dejé amar.
En ese instante, no existía el pasado ni el futuro. Solo nosotros. Solo el latido compartido.
Su cuerpo se fundió con el mío, yo lo necesitaba, lo deseaba con cada parte de mi ser.
Y allí, donde podíamos ser descubiertos, me entregué a él sabiendo que era nuestra última vez. La última vez entre sus brazos. Y aun así, me aferré a él como si el mundo pudiera detenerse solo por nosotros. Como si el peligro no existiera. Como si el mañana no llegara jamás.
No sé en qué momento ocurrió. Solo recuerdo el calor de su piel, el sonido de su respiración, el latido de su corazón bajo mi mejilla. Agotada por todo lo que sentía, me rendí en el único lugar donde aún me sentía a salvo, él.
Desperté cuando sentí que me movía. Lycan me llevaba en b