Capítulo 28. Como si nada hubiera pasado
ELENA
Salí corriendo. Mi corazón iba a mil. Las piernas me temblaban, pero no me detuve. Tenía que ver a Adriana.
Mientras corría por los pasillos, lo único que deseaba era encontrarla tranquila. Como si no hubiera pasado nada en el bosque. Pero sabía que eso era pedir demasiado, abrí la puerta y ahí estaba ella, de pie vistiéndose. Como si nada.
Me quedé congelada en el umbral de la puerta.
Parpadeé. ¿Estaba soñando?
—¿Adriana? —solté.
Ella se giró, me miró y sonrió. ¡Sonrió!
—¿Qué pasa, Elena? ¿Me vas a mirar como si fuera un fantasma?
Me acerqué despacio, la observé. No había rastro de angustia en sus ojos, ni miedo.
Era muy extraño, demasiado extraño.
—¿Estás bien? —le pregunté, aún sin creerlo.
—Sí —respondió, como si fuera obvio—. Ya estoy tranquila. No sé qué pasó, pero me siento… bien.
Me senté en el borde de la cama, sin dejar de mirarla.
—¿Bien cómo? ¿Bien de verdad o bien de no quiero preocupar a mi hermana?
Ella se rió.
—Bien de verdad. Te lo juro. Aunque en ese bosq