Cada paso que daba Francesco al lado de Phil, hacía que la tensión fuera en aumento, era una situación irreal, como sacada de una película de acción. La única y gran diferencia era que esto se trataba de la vida real, significando que cualquier error pudiera costar la vida de una niña inocente, causando, al final de todo , la destrucción de un padre y una madre que ya no podían soportar esta situación.
— Han, debes huir, envié a dos sujetos al segundo piso, vinieron por ti.— decía al teléfono Tim, el viejo destartalado que ya había recibido un soborno por parte de John cuando llegaron al edificio.
— Maldición, gracias Tim, te la debo.— respondió Han, quien era amigo del viejo.
Esto era un juego macabro la verdad, pero se trataba de una estrategia donde solo el más acto o el mejor preparado o quizás, porque no, el que tenga más suerte saldría victorioso.
— Debemos irnos, llegaron dos sujetos a buscarnos aquí, te lo dije, me tenían en la mira.— le dijo Han a John, a quien