Mundo ficciónIniciar sesiónLa luz se desvaneció, dejándonos en una oscuridad que no era fría, sino ardiente. El Corazón del Árbol había dejado de latir con el dolor de la Ceniza; ahora pulsaba con el Fuego Blanco. Era la magia unificada del Draconis y la Anuladora, la verdad fundacional que mis ancestros habían temido. Era hermoso, poderoso y, a la vez, insoportable.
—Estamos sobrecargados, Kael. Me estoy quemando. —No necesité pensar la frase; era un hecho compartido en nuestra conciencia. Mi alma se sentía como un cristal sometido a demasiada presión, listo para estallar.
Kael se acercó a mí en la penumbra. Yo estaba arrodillada, mi cuerpo temblaba, no por debilidad, sino por el exceso de vida que ahora me inu







