Mundo ficciónIniciar sesiónPunto de Vista: Kael
El Nido del Dragón era una herida abierta en el sur del continente. Las cavernas de basalto, moldeadas por antiguas erupciones volcánicas, eran angostas, húmedas y traicioneras. El aire estaba saturado de polvo mineral y la desesperación de los que se escondían. Mi Disciplina luchaba por mantener el control en un entorno que era la antítesis del orden geométrico de Draconis.
Avanzábamos en silencio absoluto. Éramos solo diez: Anya, yo, y ocho miembros de la Guardia de Élite, fantasmas vestidos de obsidiana. La estrategia era una locura controlada: usar la Compasión de Anya co







