Mundo ficciónIniciar sesiónEl silencio en la Fortaleza era un mentiroso. Era un rugido blanco, ensordecedor, que me taladraba los tímpanos. La guerra con la Ceniza había terminado. La manada Draconis estaba sana, purificada por el Fulgor Esmeralda de Anya, y yo estaba curado, libre de la raíz parasitaria que me había drenado durante años. Pero la paz no era un bálsamo; era un tormento.
El tormento era la conexión.
Me senté en mi escritorio, un muro de cedro tallado, intentando concentrarme en los informes de reconstrucción. No podía. Cada pensamiento, cada micro-frustración, cada análisis frío y táctico que mi Reina procesaba mientras revisaba la distribución de víveres en el salón, inundaba mi propia m







