150. La adherencia (TF)
Los escoltas de Herseis dieron un paso más hacia adelante, esta vez tensando los músculos como si se prepararan para intervenir. Uno de ellos, una mujer de apariencia severa, miró a Eleanor con una advertencia clara.
—Señora Whitmore —dijo la escolta con voz grave, sin dejar de observarla atentamente—. Le sugiero que retroceda y se retire. No queremos causar un incidente. Pero si continúa con esta actitud, nos veremos obligados a intervenir.
Eleanor miró a las escoltas con desprecio. Sabía que ellos podían detenerla si daba un paso en falso, pero su orgullo herido le impedía detenerse. Apretó los labios con rabia contenida, lanzando una mirada de desafío a Herseis. Por un momento, el ambiente parecía detenerse, la tensión en el aire era palpable, como si el más mínimo movimiento pudiera desencadenar un enfrentamiento.
Pero Herseis, imperturbable como siempre, dio un paso adelante, acercándose más a Eleanor. El contacto visual entre ambas era tan intenso que parecía que se libraba una