Capítulo 96: No eres un Don. Eres un cobarde
Valentina
Sentía mi cuerpo tenso, cada músculo bloqueado en posición de ataque, el arma en mis manos se sentía más pesada, cargando no solo con la vida de Alessandro, si no también con la de mi esposo.
Mi dedo estaba atento en el gatillo, preparado para disparar si era necesario.
No parpadeé, no me moví. Mi mente estaba en blanco y en completo silencio.
Nicola mantenía la calma de siempre, aunque sabía que estaba tan alerta como yo. Pero Alessandro estaba al límite, su respiración pesada y sus ojos inyectados de odio. Nos miraba como si pudiera matarnos con la fuerza de su rabia.
—Baja el arma, Alessandro, —dije, mi voz tan fría como el hielo—. No voy a repetirlo.
Sabía que esto podía terminar en una fatalidad y en segundo si alguno de nosotros cometía un mínimo error.
El peso del arma en mis manos me recordaba todo lo que había hecho, de todo lo que había aprendido, y principalmente todo lo que estaba dispuesta a hacer para proteger a Nicola.
Shadow, en el otro extremo de la sala, le