Nicola
Me giré justo a tiempo para ver a Shadow tambalearse, llevándose una mano al costado mientras caía al suelo con una mueca de dolor.
Jadeaba, intentando ponerse en pie, pero la herida lo mantenía clavado al suelo.
—Maldita… —murmuró él, sus ojos oscuros llenos de furia.
Su mirada alternaba entre Valentina y yo, con una intensidad que solo podría pertenecer a alguien que ha pasado toda su vida planeando una venganza.
—Si alguien va a matarlo, —dijo Valentina, con la voz gélida y el arma aún apuntando hacia él, —seré yo.
Ella avanzó unos pasos, y gruñó mientras ayudaba a Shadow a ponerse en pie, sus manos bajo el brazo de él.
—Eso es por atarme, maldito imbécil, —le gruñó Valentina entre dientes mientras le daba un empujón para ayudarlo a caminar.
Mis ojos se movieron de Shadow, o Lorenzo, o quien demonios fuera, hacia el Lorenzo que estaba de pie detrás de mí, su expresión de incredulidad reflejando la mía.
Era como si estuviera viendo doble, como si alguien me estuviera jugando