Cuando llego a casa, ya son las seis de la mañana. Mi hermana debe estar durmiendo aún, así que me doy un baño, tratando de que mis músculos contraídos se relajen un poco. Estoy agotada, ver la cama al entrar a la habitación casi me hace llorar, lo único que quiero es acostarme y dormir diez horas. Mi mente está saturada de tanto leer términos legales. Podría ayudarme un café, pero he tomado demasiados anoche para ser saludable, no quiero terminar con taquicardia y una visita a la enfermería.
Me pongo unos pantalones negros de tiro alto, una camisa blanca de mangas cortas con una pequeña abertura en el escote y un blazer negro. Dejo mi cabello suelto y me maquillo lo suficiente para tapar mis ojeras, es toda la energía que logro conseguir.
Cuando regreso de nuevo a la oficina, dejo mis cosas en mi cubículo. Sonrío al encontrar mi café sobre el escritorio, cuando lo pruebo, encuentro la misma temperatura perfecta. Hoy más que nunca, lo disfruto.
Tomo de nuevo la carpeta con el informe