La casa de Alana se convirtió en un campo de batalla. Dos técnicos fueron al día siguiente para instalar cámaras de seguridad y una alarma de última generación. Nos explicaron cómo hacerlas funcionar, además de darnos una charla exhaustiva sobre intrusos. Me sentía nerviosa; mi muñeca estaba roja de todos los golpes que le había dado con la pulsera para alejar los malos pensamientos. Me dolía sentir que extrañaba a Andrew; era el único que podía calmar mi propio cerebro aun sin decir nada.
A pesar del miedo y mi corazón roto, me preparo para volver al bufete. Necesitaba respirar otros aires, concentrarme en mi carrera. Después de todo, no podía desviarme de lograr mi sueño, no por James o Andrew. Así que he escogido un traje de dos piezas rosa pastel, una camisa blanca de tirantes y unos tacones beige.
Me veo profesional, que es exactamente lo que busco. Tendré una nueva jefa, así que quiero dar una buena primera impresión. Quiero aprovechar el distanciamiento de Andrew para enfocarme