Cuando vuelvo a la mesa, todos están alrededor de Andrew, escuchándolo con fascinación mientras habla de uno de sus últimos casos. —La fiscalía tiene registros de transferencias bancarias que muestran que el cliente movió fondos de la empresa a sus propias cuentas personales. También tienen testigos que dicen que el mes dijo que estaba invirtiendo en la empresa, pero en realidad estaba desviando el dinero a sus cuentas personales.
Uno de los pasantes no puede evitar preguntar. —¿Y qué defensa tiene el cliente?
—Dice que las transferencias fueron legítimas y que estaba actuando en nombre de la empresa. También dice que los testigos están mintiendo y que tiene un motivo personal para intentar perjudicarlo.
Gloria, que hasta ahora se había mantenido en silencio, envuelve su dedo índice en uno de sus mechones de pelo. —¿Y tú, Andrew? ¿Qué crees que pasó?
Él se encoge de hombros. —Mi trabajo es defender a mi cliente, no juzgarlo. Pero puedo decir que la evidencia es fuerte y que tendremos