Luego de encargarse de revisar y asegurar cada entrada y rendija del apartamento de Denise, Richard entra a su auto, finalmente sólo, respira aliviado al saber que aquella voz chillona no se replica en el reducido espacio y rezando por no ser llamado a media noche de forma inesperada, vuelve a marcar el número fijado en el táctil de la pantalla; el sonido del tono sin respuesta, que luego de sornar por casi un minuto salta al buzón de voz, ya empieza a desequilibrarlo. ¿Estaría molesta? ¿Sería su forma de desquitarse la jugada?
— ¡Demonios, contesta!
Necesitaba saber si era ella, si era quien intentaba matarla, si era quien había saboteado el laboratorio. Quien quiera que fuese ahora tenía a la chica en sobre alerta, sería extra cuidadosa con todo y sobre todo, haría su trabajo y vida más miserable. Las bocinas del carro lo sacan de su pensamiento reproduciendo el tono de llamada de su celular. Esperanzado de que sea ella, pero no lo es, es su cita pendiente.
—Hey baby —Saluda la