La carretera que conducía hacia las afueras de la ciudad parecía interminable. A medida que Iván avanzaba con el coche, las luces de la ciudad comenzaron a desvanecerse, dando paso a la oscuridad de un paisaje que ya no le era familiar. La tensión se podía cortar con un cuchillo, y dentro de él, la incertidumbre crecía como una sombra incontrolable.
Sabía que las decisiones que estaba tomando en ese momento cambiarían su vida para siempre. Había elegido un camino peligroso, uno en el que no había vuelta atrás, y lo peor de todo era que no estaba seguro de si sus aliados, Samuel y los pocos en los que confiaba, estaban completamente a su lado. La lealtad era algo frágil en este mundo, y él lo sabía mejor que nadie.
- ¿Crees que lo conseguiremos? - preguntó Samuel, rompiendo el silencio que había reinado durante el trayecto. Su voz estaba cargada de una mezcla de esperanza y duda, pero su expresión era impasible.
Iván giró hacia él, mirándolo por unos segundos antes de responder. No est