—Mi Señora— Escuchar la voz calma de Fausto devolvió su mente a la realidad,pero su cuerpo seguía intranquilo a causa del asombro. Intentó mantener una expresión tranquila a pesar de que la ansiedad la recorría de pies a cabeza. Apretó sus manos cuando sintió que las palmas comenzaban a transpirar a causa de los nervios— Disculpe la repentina intromisión. Me imagine que se iban a tomar su tiempo con esto de la instrucción así que me he tomado la libertad de traer algunos aperitivos. Espero no interrumpir nada importante.
—N-No... Para nada, Fausto. Aún no hemos comenzado. Muchas gracias por tu consideración.
Fausto hizo pasar detrás de él a uno de los guerreros bajo su mando.
"Oh... Barzin ¿Qué hace aquí este muchacho? Creí que era un guerrero ¿Por qué está realizando labores de sirviente?"
Zarah lo recordaba del Concilio, había entrado junto a Parvaiz. Se trataba de un muchacho delgado de ojos verdes. No llevaba la cabeza afeitada pero si el cabello castaño muy corto. Su expre