Días más tarde.
Irina logró conseguir que Andrei le diera más tiempo para corresponder como mujer y él aceptó, ella compartió la habitación con su pequeña hija, mientras que él dormía en la habitación principal.
En horas de la noche de aquella habitación se lograban escuchar fuertes y desgarradores gritos, los cuales lograban hacer que Irina se estremeciera, temía por la vida de su pequeña al igual que la suya, estaba compartiendo el mismo techo con su enemigo, por más que buscaba una salida para poder escapar no lo lograron, ya que en la parte de afuera de su habitación Andrei había puesto seguridad.
Irina no había permitido que Andrei tuviera contacto con su hija, estaba segura de las malas condiciones que estaba viviendo aquel hombre y su estabilidad psicológica la había perdido, lo último que quería era correr con la misma suerte que corrió su tía.
Andrei comía en privado, permanecía distante debido a su condición, a través de su hombre de confianza hacía que Irina fuera hasta su