— Gracias por bailar conmigo. —La reina le agradeció muy contenta.
— Un gusto, bailas muy bien para ser un chico antipático. — Los dos rieron.
— ¿Quieres acompañarme afuera? —Le sugirió.
— Sabes que no puedo estar a solas contigo, ¿Qué dirán de mí? Soy la sobera