Cap. 254: Una esposa fugitiva. Un abogado prohibido.
Cap. 64: La propuesta.
La casa olía a jazmín y a lápices de colores. Axel estaba sentado a la mesa del comedor, con las mangas de su camisa arremangadas y una expresión de concentración absoluta mientras ayudaba a Nina con una tarea sobre figuras geométricas. La niña, con su cabello recogido en dos coletas desordenadas y un crayón rojo en la mano, intentaba dibujar un triángulo sin torcerse.
—¿Así? —preguntó, mostrando su dibujo.
—Casi… —respondió Axel con una sonrisa paciente—. Mira, si juntas mejor estas dos líneas, se convierte en uno perfecto.
—Como tú —murmuró ella, concentrada.
—Si perfecto como yo.
La puerta principal se abrió con un golpe apresurado. Aria entró envuelta en un aura de alegría desbordante. Su rostro brillaba, los ojos le centelleaban como nunca, y su energía llenó el espacio apenas cruzó el umbral.
—¡Axel! ¡Nina! —gritó con emoción, dejando su bolso en el sofá sin siquiera mirar dónde caía.
Ambos giraron al mismo tiempo, sorprendidos por la euforia.
—¿Qué pasó