Cap. 225: Una esposa fugitiva. Un abogado prohibido.
Cap. 36: Prueba de fuego frente a Richard.
Axel se aclaró la garganta.
—Lo es, pero tú también eres muy bonita. —Retiró un mechón del cabello de Aria y ella sintió que se quedaba sin aire.
En ese instante, Nina los llamó desde la mesa. Aria guardó la tarjeta y se giró, pero Axel la detuvo con suavidad del brazo. La miró a los ojos, sin decir nada, solo unos segundos. El suficiente tiempo para que ambos sintieran cómo la tensión entre ellos crecía. Una corriente invisible los unía, los desafiaba.
—No escatimes gastos.
Aria solo logró asentir.
Durante la cena, la conversación fue ligera, con Nina hablando de dibujos, libros y su nueva habitación. Pero cada roce accidental de sus manos al pasar los platos, cada cruce de miradas sostenidas demasiado tiempo, cargaba de electricidad el ambiente. Axel no podía dejar de mirarla. Y Aria quería que esa noche no terminara.
Cuando Nina se fue a su cuarto y la casa quedó en silencio, Axel se levantó.
—Debo irme.
—Gracias por venir —dijo ella