Cap. 109: Esta vez no habrá milagros.
Marie no podía dejar de llorar.
Las lágrimas le corrían por las mejillas sin pausa, mientras su cuerpo seguía temblando como si aún estuviera arrodillada en medio de la calle, al lado del cuerpo ensangrentado de su amiga.
Nathan, a su lado, la tomó por los hombros con firmeza, pero sin brusquedad. La obligó a mirarlo.
—No puedes entrar así —dijo en voz baja—. Los niños te van a ver y sabrán que algo está mal.
Marie negó con la cabeza, incapaz de responder. El labio inferior le temblaba.
—Yo… ella es mi amiga —logró decir al fin, con un hilo de voz—. April… no puede morir. Y los niños… tan pequeñitos…
Nathan la atrajo hacia sí y la abrazó. La sostuvo con fuerza. Sintió cómo se aferraba a él como si fuera lo único sólido en un mundo que acababa de colapsar.
—April es la mujer más fuerte que conozco —le susurró—. Va a resistir, Marie. Tiene por quién hacerlo.
Marie se quedó así unos segundos, respirando contra su pecho, hasta que logró calmar el temblor en sus manos.
—Gracias… —dijo, al