Pov Christopher
La camisa se me pega al cuerpo y la respiración se me vuelve erradica. Miro la hora en mi reloj de muñeca y… solo quedan ocho horas de tregua. No quiero que se acabe, quiero que el tiempo se detenga en este momento. Tal vez por qué soy un cobarde que tiene miedo de volver a perderla. Salimos del faro minutos después y luego caminamos por toda la orilla de la playa. Alisson enrolla sus dedos con los míos y avanza a mi lado. A pesar de que huele a perfume costoso su piel desprende el típico olor a sexo que hace que se me aliviane la saliva. Trago grueso, tratando de que mi cuerpo se calme y luego me quedo viéndola por varios segundos. No sé de qué me está hablando, pero puedo detallar sus facciones. Los huequitos que se hacen en sus mejillas cuando sonríe y el sonrojo de su piel cuando me quedo mirándolo por mucho tiempo. Es hermosa, siempre lo ha sido y ahora que descubrí las marcas que dejó el embarazo de mis hijos en ella me doy cuenta que está más hermosa que nunca.