Capítulo ciento veintiocho. Tres mujeres peligrosas
NUEVA YORK
—No tienes que hacer esto, Scarlett —habló Sienna interponiéndose en su camino—, por favor. Estás a un día, un solo día del momento más importante de tu vida, cariño, no lo arruines así —insistió.
Scarlett la miró y negó.
—Tengo que hacerlo, Sienna, necesito saber cuáles fueron sus motivos para hacer lo que hizo.
—Eso no cambiará las cosas, Scarlett.
—Lo sé, pero me ayudará a entender que fue lo que sucedió entre nosotras, que le hizo actuar como lo hizo —insistió muy decidida a continuar su camino.
—No voy a convencerte de lo contrario, ¿verdad? —preguntó Sienna con tono derrotado.
—Me temo que esta vez no, Sienna —respondió con sinceridad.
Sienna se apartó y dejó que Scarlett continuara su camino, esperaba que esta visita no arruinara nada de lo que estaba por venir, desde su punto de vista lo creía totalmente innecesario e inútil. Quien te traiciona, muchas veces no tiene ninguna justificación y en su mayoría no necesitaron un motivo para hacerlo; al menos es lo que ella