—¡¿Dónde estás, Ruby?!
—Si quieres volver a ver a tu hermana, debes darme mucho dinero, Emerson.
—Lo haré, estoy dispuesto a darte dinero, pero no le hagas daño a una pequeña inocente, por favor —dijo con voz suplicante.
Anya lo miraba con temor.
Ruby le dio la información de donde encontrarla.
—Te lo advierto: si llegas con la policía, lanzaré a la niña al río.
La mujer colgó.
Emerson mirò los ojos de Anya.
—¡Es una mujer loca y perversa! Voy a enviarla a prisión, te lo juro, pagará por lo que hizo a Hannah.
Anya tenía ojos llenos de lágrimas, y Emerson la abrazó.
—Emerson, ¿qué vas a hacer? Esa mujer es una demente, puede hacerte daño.
—No lo hará, mi amor, confía en mí.
Al día siguiente.
Emerson llamó a Denver, le explicó al respecto y le pidió que lo acompañara. La policía estaba informada.
Denver aceptó ir con èl.
Antes de irse, Anya abrazó a Emerson.
—Por favor, Emerson, debes cuidarte.
Emerson se fue y Anya recibió la llamada de Betty, quien le dijo todo lo q