—Darren, necesito que esto quede entre nosotros. No le comentes a nadie sobre el accidente de Carolina. Además, organiza todos los trámites lo antes posible; en cuanto tengas todo listo, me llevaré a Carolina al extranjero.
Darren frunció el ceño al recibir la orden, notándose la preocupación y urgencia en la voz de Axel. Tras un breve instante de tensión, el médico asintió con pesar, sabiendo que no había otra opción.
—Entiendo, Axel. Haré lo que me pides —respondió con determinación, antes de volver a mirar a la sala donde yacía Carolina.
Axel asintió lentamente y, sin apartar la vista del monitor que mostraba a Carolina, se giró y salió de la sala. Mientras caminaba por los pasillos fríos del hospital, su mente se debatía entre el plan que estaba a punto de ejecutarse y el dolor silencioso que le embargaba.
Al salir al vestíbulo, se encontró con Diana y Tyrone. La joven, apenas dormida, era sostenida suavemente por el señor Tyrone, quien parecía ser una presencia reconfortante en m