Cap. 6: Buscando a Mike.
Miguel y Luciana estaban al borde de la desesperación. Había pasado un día entero desde que Mike desapareció sin dejar rastro. La angustia se reflejaba en sus rostros, sobre todo en el de Luciana, que no había dejado de llorar desde que se enteraron del accidente. La imagen del auto en llamas, las preguntas sin respuesta, el vacío de no saber los consumía por dentro.
El salón estaba cargado de un silencio opresivo. Luciana, sentada en el sofá, apretaba un pañuelo entre las manos, temblorosa. Miguel intentaba mostrarse firme, pero el nerviosismo lo delataba: caminaba de un lado a otro, incapaz de quedarse quieto.
—¿Por qué no hay noticias todavía? —susurró Luciana, con la voz rota—. No puedo con esta incertidumbre. ¿Y si…?
No terminó la frase. Se le quebró la voz antes.
—No pienses en eso —dijo Miguel, aunque su expresión lo traicionaba—. Salvador está haciendo todo lo que puede. Lo encontrarán.
En ese momento, Salvador Arismendi entró en la sala. Su semblante era serio, pero se notaba