En el hospital, la atmósfera estaba cargada de tensión. Mike permanecía tranquilo mientras los médicos le hacían los estudios pertinentes, pero Stella no podía dejar de morderse las uñas en silencio. Cada segundo que pasaba parecía alargar la espera, y su mente no dejaba de girar en torno a la posibilidad de que todo se descubriera. Las pruebas fueron rápidas, pero el tiempo que pasó en la sala de espera fue interminable para ella.

Finalmente, el médico salió de la sala con los resultados en mano, con una expresión neutral pero profesional.

—Señores Alessi —empezó, mirando a ambos con calma—. Tengo buenas noticias. No hemos encontrado coágulos ni ninguna lesión grave en el cerebro. Los estudios han salido bien.

Stella exhaló de alivio por un instante, pero el médico no había terminado.

—La amnesia —continuó el médico— parece ser el resultado del fuerte golpe que sufrió en la cabeza. Aunque no es algo grave, puede llevar un tiempo recuperar los recuerdos. Es algo temporal en la mayoría