Las manitas discutieron durante toda la noche, ¿qué debían hacer? ¿Por qué Takashi había asegurado que Mia no podía tener hijos? Si ahora la señora afirmaba que no había tenido su periodo y, aun así, el censo fue unánime, ninguna diría nada, porque ese debía a su señora y si ella no queria levantar especulaciones por algo era ¿verdad?— ¿Por qué mi familia no puede estar en el desayuno de la casa grande? — pregunto cuando ya casi estaban dentro de su hogar, de regreso del desayuno y Takashi le dio un dulce beso antes de responder.— El desayuno es muy importante e íntimo en mi hogar Conejito, durante el día, mis hermanos y hermanas llevan a cabo sus tareas, entonces, siempre esta el riesgo de no regresar a casa es por ello que almorzaremos todos los días con tu familia, pero el desayuno… ¿Por qué estás llorando? — indago con preocupación Takashi y un poco de temor a que Mia no estuviera de acuerdo en no compartir el desayuno con su familia.— Porque eso es muy triste Takashi, ustedes…
Takashi ingreso en la mazmorra donde Mirko estaba hacía poco más de un mes, su aspecto era demacrado, la barba desalineada y Takashi estaba seguro de que las ulceras que se veían en su piel eran por la falta de higiene, pues no había baño y Takashi tampoco enviaba a alguien a limpiar los desechos que se acumulaban dentro de la celda, por más que Mirko llorar y suplicara, porque Takashi estaba seguro de que su conejito también había rogado e implorado piedad.— Por favor, has asesinado a toda mi familia, ¿Qué quieres de mí? Si vas a matarme hazlo de una vez. — suplico como cada vez que Takashi ingresaba.— Sí que eres rencoroso, aun no soportas que matara a tus padres en frente de ti, deberías agradecerme, sus muertes fueron rápidas. — dijo sintiendo de pronto nauseas, algo raro, teniendo en cuenta que Takashi no se alteraba con facilidad, su apodo lo llevaba en alto, estar entre cuerpos a medio podrir y desechos humanos, era habitual para él, pero lo adjudico a que se debía al estar r
Mia veía su vientre, de perfil, no había un cambio muy notorio, pero en la parte baja, si ella colocaba sus manos, podía sentir un bulto duro, un pequeño bulto duro dentro de su vientre.— Conejito… — Takashi la vio en ropa interior y sus ojos se oscurecieron a la par que lamia sus labios. — ¿Me estabas esperando? —indago con una sonrisa ladina, hasta que vio los ojos de Mia, mas brillantes, más alegres era como si tuviera fuegos artifíciales sen ellos. — Se que me estoy perdiendo de algo, pero no sé de qué. — dijo ahora un poco contrariado, y Mia rio con nerviosismo.— No lo creo. — aseguro Mia caminando con lentitud hasta su esposo. — Solo… tuve un sueño. — reconoció mientras acariciaba los brazos de su esposo y las manos de esté se aferraban a su cadera ahora más carnosa.— ¿Estaba yo, en ese sueño? — dijo casi en un ronroneó y Mia desabotono su camisa con lentitud.— Sí, estabas tú, estaba pulga e incluso creo que escuche a Oso ladrar a lo lejos. —admitió a la vez que abría la cam
El corazón de Mia se estrujo, con cada palabra que escucho, aprovechando el aturdimiento de Takashi, corrió a su habitación, y sin pensarlo demasiado, abrió la gran ventana que daba al bosque.— ¿Mi señora? — dijo una de las manitas, saliendo del vestidor, con un delgado abrigo en su mano, la joven se había olvidado de ella, en el momento que termino de vestirse y había ido tras Takashi, para pedirle una explicación a su forma de actuar.— No dejen que Takashi se me acerque. — musito sintiendo que el corazón se le detendría y la manita la vio con sorpresa, mientras Mia tomaba su abrigo.— Pero…— Quiere matar a mi bebé, no permitan que se acerque. — aseguro con lágrimas en el rostro y al fin saliendo por la gran ventana.No supo si la manita la obedecería o no, solo corrió, sabiendo que el hogar de su hermano no estaba muy lejos del suyo, aun así, sabia que Alan nada podria hacer en contra de Takashi, por lo que no perdió tiempo en tocar su puerta, solo se subió a uno de los tantos car
Mia ingreso en el calabozo, y rápido se arrepintió, no solo por el olor nauseabundo que allí había, su arrepentimiento llego cuando alguien la sujeto del cuello y coloco una daga en su mejilla.— No. – musito al reconocer la mirada desquiciada del hombre frente a ella, pues de Mirko solo eso se podía distinguir, su rostro, cabello y cuerpo, todo era distinto a lo que Mia recordaba, pero su mirada cargada de odio y asco estaba allí, viéndola casi sin pestañar.— Mia. — susurro tan cerca de su rostro, que a la joven se le fue imposible no hacer una arcada, no solo por el hedor que de su boca salía, era todo él, su sola existencia.— Takashi, Takashi dijo que estabas muerto. — dijo con voz temblorosa más para ella que para Mirko, tratando de saber si lo que estaba viendo era algun tipo de alucinación, sus peores miedos yendo por ella.— Oh, tu esposo lo intento, créeme, él me llevo al mismo infierno, pero adivina que. — Mirko paso su lengua por el cuello de Mia y está trato de alejarse,
Ren no pensó demasiado en lo que debía hacer, porque lo sabia perfectamente, aun a riesgo de resultar herido una vez más por algun tigre que aun habitara en el bosque, escalo y salto la gran reja de hierro, solo para encontrar a Mia no muy lejos de allí, aun apuñalando el cuerpo ya sin vida de Mirko.— Mia. — la llamo con la precaución que generaba el verla de ese modo, toda salpicada por sangre y aun así no se detenía. — Mia. — repitió y ahora la joven si regreso en sí.— ¿Ren? — pregunto confusa al elevar su rostro y ver a uno de sus cuñados allí.— Sí, Mia, soy Ren, necesito que dejes esa daga y vengas conmigo. — la joven negó aun antes de que Ren terminara de hablar. — Mia. — dijo con voz de advertencia.— No lo hare, no dejare que mate a mi bebé. — rebatió en un susurro mientras se colocaba de pie. — No dejare que nos lastime de esta forma, Takashi se arrepentirá y yo moriré de pena. — Ren se sorprendió al comprender que Mia lo conocía, malditamente ella en verdad era la esposa d
Takashi:Mi esposa es fuerte, eso es lo que mas resuena en mi cabeza desde que vi al espíritu del viento, por más que mi familia diga que solo fue un momento de delirio ante la gravedad que supuso el que mi corazón se detuviera, por solo pensar en… matar a mi hija, el solo recordarlo provoca que mi pecho aun duela, pero es que el pensar en que mi esposa pueda padecer de alguna complicación… no, debo quitar eso de mi mente, Ukara dijo que el mejor sacrificio a ofrecer es el amor, y a eso me aferro, no pidió por mi esposa o su vida, él lo dijo refiriéndose al amor en sí, y eso es lo queme mueve, luego de estar una semana en cama, al pedir ver los viejos pergaminos.— Takashi, comprendo que, al vivir un suceso tan traumático, creas que has hablado con el espíritu del viento…— Ukara, su nombre es Ukara, dilo, porque él sabe el nombre de todos nosotros. — Suh-Hee bufa a mis palabras, se que no va a ceder.— Sabes que tan antiguo son esos pergaminos, el mínimo movimiento los puede converti
Takashi había conseguido que Suh-Hee autorizara abrir el camino que llevaba al antiguo templo, el primero que se había levantado en aquellas tierras, aunque por consejo de Ren, se habían colocado vallas en cada lateral, y alrededor del templo construido en roca sólida, y decorado con Jade, eran las primeras personas que llegaban a él en muchos años, tal vez cientos.— No puedo creer que hubiera tal riqueza olvidada aquí. — dijo con asombro Richard, conocedor del valor de las rocas de Jade que allí había, piezas únicas, no solo por el valor en sí del Jade, también eran las esculturas que con ellas se habían hecho.— Son los espíritus del bosque, este es su templo, su morada. — dijo aun maravillado Suh-Hee y agradecido que el loco delirio de Takashi lo llevara a abrir aquel lugar.— Yo tenía razón. — dijo Takashi viendo la escultura de Ukara, quien tenía una bola de “aire” entre sus manos. — Yo si te vi.— Mira cuñado, este esta aun más grande que tú. — dijo Francisco apoyando su mano e