Mia observo a un grupo de personas, vestidas de un amanera que para ella era rara, pero muy bella, eran casi las cinco de la tarde y el sol hacia brillar todo a su paso, y solo cuando vio las sonrisas y murmullos de los presentes, fue que comprendió que todos ellos eran la familia de Takashi.
— Bienvenidos. — dijo un hombre mayor de larga cabellera rubia ya un poco platinada. — Mi nombre es Huang Zhao, y soy el papá de Takashi, me imagino que te hablo de mí. — por alguna razón, Mia vio cierta amenaza en esos ojos tan bellos, aunque no hacia ella, era más hacia Takashi.
— Claro que sí, es un gusto conocerlo al fin. — dijo un poco nerviosa.
— Papá. — saludo Takashi y procedió a inclinarse, por lo que Mia lo imito, causando la risilla de los presentes.
— Es muy satisfactorio ver que tu futura esposa tiene voluntad para aprender. — las palabras de Huang no eran malas, ni mucho menos fueron dichas con doble intención, pero Mia no pudo manejar su rostro, que delato de inmediato su incomodida