Capítulo 18
—¡¿Cómo pudieron engañarme?!
—Adriana se dejó embaucar, pero quien la eligió fuiste tu, la viste siempre como al mujee ideal.
Las palabras de Rodolfo le dieron en el alma, Santiago salió de la casa de Rodolfo con el corazón latiendo a mil por hora, estaba furioso, quería acabar con el mundo.
No podía creer lo que había confirmado lo que siempre sospecho, lo que estaba en sus narices, Adriana era la verdadera amante de Luciano.
Todo tenía sentido ahora, siempre le pareció extraño que su querida Camila tuviera un secreto como eso, ella que siempre fue transparente
Las piezas encajaban y, sobre todo, la culpa le carcomia el alma, el error que había cometido con Camila era lo que más le pesaba, se había dejado enredar de la sensualidad de Adriána que incluso ahora ya no le atraía.
Manejaba sin rumbo, golpeando el volante con rabia, intentando sacar de su pecho el enojo, Las palabras de Rodolfo le revolvían la cabeza.
—Él se enredó con Adriana. Yo intenté alejarla de ese mundo