Madam Merrie se había sorprendido cuando entré por la puerta y luego, como si pudiera ver una esencia bailando por mi piel, negó lentamente mientras llevaba sus manos a sus labios.
Me había dicho que era un error, que no debí haberlo permitido.
—Ahora, mientras estes en esta manada, sentirás dolor físico cada vez que él tenga algún encuentro similar con su prometida.
Y en ese momento mi felicidad decayó, no sabía mucho a cerca de las mates, pero con cada cosa que iba descubriendo, me daba cuenta de que mis decisiones habían estado en lo correcto, debí haberme mantenido alejada de él lo más posible, sin embargo, ahora las consecuencias estaban sobre la mesa.
Esa noche me duché y cené con ella, leí un poco más a cerca de todo lo que debía aprender y luego me dirigí a mi habitación.
No pasó mucho tiempo antes de que lo sintiera. Lo sentí en la carne, como si algo me arrancara pedazos desde dentro. El vínculo. Esa maldita conexión entre nuestros cuerpos de lobo. Cuando Cael la poseyó, m