Elena respira hondo mientras camina por los pasillos de la universidad, acompañada por Hades y Amir.
Sentía una mezcla de emociones: nerviosismo por regresar a clases después de tanto drama y determinación por avanzar lo más posible en su carrera antes de que su embarazo fuera evidente. Hades, como siempre, estaba alerta, con una mano en la parte baja de su espalda, asegurándose de que estuviera bien.
Amir, caminando a su lado, intentaba bromear para relajar el ambiente, pero Elena sabía que ambos estaban tan preocupados como ella.
—¿Estás segura de que quieres hacer esto, Elena? —pregunta Hades por tercera vez, inclinándose hacia ella.
—Sí, ya te lo dije. No quiero dejar todo tirado. Avanzaré lo más que pueda antes de suspender por un tiempo —respondió con firmeza, acariciando ligeramente su vientre con discreción.
Llegaron a la biblioteca, donde su amiga Leila ya la esperaba. Era una joven brillante, con una personalidad vibrante y una sonrisa que iluminaba cualquier lugar. Al verla