Por Alberto
- ¿Ella?
-Me quiero matar…
No podía acomodar mis palabras.
Me sentía un hombre perdido.
Entre tantos parques y…
Jamás la voy a olvidar.
Clara no podría hacerme olvidar a la mujer que amo.
Sé que nadie puede reemplazarla.
-Te hubiese lastimado.
Dije, como excusa.
Clara estaba callada.
En ese momento se acercó Ricardito, para decir que se estaba divirtiendo, ajeno de mis sentimientos y de lo que estuve a punto de hacer con su madre.
La tarde estaba llegando a su fin, peor aún no hacía frío y el niño se quiso quedar un rato más.
Yo trataba de ver a Alice, sin dudas ella estaba con la gente de la producción.
No podía distinguir nada.
No pasó mucho tiempo cuando tuve a Eli frente a mí.
Estaba sola, descalza, con unas tiras doradas en sus piernas y con un vestido minifalda casi transparente, su peinado parecía un “batido” de los 80´.
Estaba pintada con mucho brillo.
Sin dudas era la protagonista de una publicidad, pero estaba producida de tal manera que no parecía la misma chica