Por Alice
Nunca soñé con encontrar un príncipe azul.
No me interesa el status ni el poder.
No me interesan sus millones.
Vivo bien como vivo y económicamente, yo me basto.
No preciso lujos.
Es casi irónico, porque Alberto representa todo eso, él es un príncipe azul, con una estampa increíble, con millones que se le caen de los bolsillos, con el status que da tener esa cantidad obscena de dinero.
Yo solamente quería amor, fidelidad, compañerismo y respeto.
Esa noche, como la mayoría de las noches, pese al cansancio, me costó dormir.
Mi mundo interior se movía como una calesita, al compás de Alberto, de sus palabras, de sus promesas.
Dejé a Elisa en el set de grabación y fui a Lima.
Firmé mi entrada y me dirigí a mi oficina, luego de una reunión, fui hasta la oficina de Mirta.
Le conté lo que sucedía.
-No sé qué decirte, pero si seguís adelante, vas a tener que confiar en él, sino, vas a vivir un infierno.
-Ya estoy en el infierno, sin él muero de amor, lo hago desde aquella tarde en l